Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Timoteo 1, 3-17

3 Al partir yo para Macedonia te rogué que permanecieras en Éfeso
para que mandaras a algunos que no enseñasen doctrinas extrañas,

4 ni dedicasen su atención a fábulas y genealogías interminables, que
son más a propósito para promover disputas que para realizar el plan
de
Dios, fundado en la fe.

5 El fin de este mandato es la caridad que procede de un corazón
limpio, de una conciencia recta y de una fe sincera.

6 Algunos, desviados de esta línea de conducta, han venido a caer en
una vana palabrería;

7 pretenden ser maestros de la Ley sin entender lo que dicen ni lo que
tan rotundamente afirman.

8 Sí, ya sabemos que la Ley es buena, con tal que se la tome como ley,
9 teniendo bien presente que la ley no ha sido instituida para el justo,

sino para los prevaricadores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para
los irreligiosos y profanadores, para los parricidas y matricidas,
para los
asesinos,

10 adúlteros, homosexuales, traficantes de seres humanos, mentirosos,
perjuros y para todo lo que se opone a la sana doctrina,

11 según el Evangelio de la gloria de Dios bienaventurado, que se me
ha confiado.

12 Doy gracias a aquel que me revistió de fortaleza, a Cristo Jesús,
Señor nuestro, que me consideró digno de confianza al colocarme en el
ministerio,

13 a mí, que antes fui un blasfemo, un perseguidor y un insolente.

Pero encontré misericordia porque obré por ignorancia en mi infidelidad.

14 Y la gracia de nuestro Señor sobreabundó en mí, juntamente con la
fe y la caridad en Cristo Jesús.

15 Es cierta y digna de ser aceptada por todos esta afirmación: Cristo
Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores; y el primero de ellos soy yo.

16 Y si encontré misericordia fue para que en mí primeramente
manifestase Jesucristo toda su paciencia y sirviera de ejemplo a los
que
habían de creer en él para obtener vida eterna.

17 Al Rey de los siglos, al Dios inmortal, invisible y único, honor y
gloria por los siglos de los siglos. Amén.